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La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad neuromuscular degenerativa rápidamente progresiva. La esclerosis lateral amiotrófica describe cómo la enfermedad causa atrofia muscular y también cicatrización o endurecimiento ("esclerosis") de las áreas laterales de la médula espinal de una persona. A pesar de que la ELA es una de las enfermedades neurodegenerativas más comunes que existen, los investigadores aún no saben mucho sobre cómo y por qué se desarrolla.
A partir de 2014, la ELA comenzó a ganar mucha atención en los medios debido al “Ice Bucket Challenge”, un movimiento de redes sociales que tenía el objetivo de generar conciencia y recaudar fondos para combatir la ELA. Esta enfermedad fatal y debilitante fue nombrada enfermedad de Lou Gehrig en honor al famoso jugador de béisbol de los Yankees que murió de ELA en la década de 1940.
La ELA afecta el sistema nervioso al destruir lentamente las neuronas motoras, que se encuentran en el cerebro, el tronco del encéfalo y la médula espinal. La ELA tiene algunas similitudes con otras enfermedades de las neuronas motoras, incluida la esclerosis lateral primaria, la atrofia muscular espinal y la parálisis bulbar progresiva. Las neuronas motoras permiten la comunicación entre el sistema nervioso y los músculos, por lo que la enfermedad de Lou Gehrig afecta negativamente el control voluntario de los movimientos musculares del cuerpo. Las neuronas motoras se degeneran gradualmente debido a la ELA hasta que finalmente mueren. En un corto período de tiempo, los pacientes pierden la capacidad de caminar, hablar, hablar, masticar y tragar con normalidad, y algunos sufren problemas para respirar e insuficiencia respiratoria.
Los síntomas más comunes de la ELA incluyen:
¿Qué causa la ELA?
Se dice que la mayoría de los casos ocurren "al azar", ya que no se pueden encontrar causas identificables de la enfermedad. En otras palabras, aún se desconoce exactamente por qué las neuronas motoras comienzan a morir en pacientes con enfermedad de ELA. El Hospital John Hopkins afirma que "en más de nueve de cada 10 casos diagnosticados, no es evidente una causa de identificación clara de la enfermedad". Aunque no está del todo claro por qué se desarrolla la enfermedad, la investigación muestra que hay ciertos factores de riesgo que probablemente estén involucrados.
Investigaciones recientes sugieren que algunos de los factores de riesgo y las causas involucradas entre las que se incluyen:
Hay tres tipos de ELA: familiar, esporádica y guameña.
¿La ELA es genética? La ELA familiar es un tipo de enfermedad que se hereda (se transmite genéticamente de padres a hijos). Ésta es la forma menos común de ELA, y ocurre solo en alrededor del 5 al 10 por ciento de los casos.
La mayoría de las personas que desarrollan ELA tienen entre 40 y 70 años de edad. La edad promedio de aparición de la ELA esporádica es entre los 55 y los 66 años, aunque algunas personas desarrollarán la enfermedad antes. Un poco más de hombres se ven afectados que de mujeres, aunque ambos sexos y personas de todas las etnias pueden desarrollar ELA. Después de los 70 años, los hombres y las mujeres tienen las mismas posibilidades de desarrollar ELA.
Las personas que viven en Guam y la península de Kii en Japón desarrollan ELA con mayor frecuencia. Este tipo también se denomina enfermedad de Lytico-bodig, a la que los neurocientíficos denominan esclerosis lateral amiotrófica-parkinsonismo-demencia. Los investigadores han descubierto que las poblaciones nativas de estas islas parecen ser más susceptibles a la enfermedad y también que desarrollan ELA como parte de un síndrome que incluye la demencia y la enfermedad de Parkinson.
Algunas de las principales causas de la ELA son:
Se han establecido numerosas asociaciones entre el desarrollo de la enfermedad y la exposición a fuentes tóxicas como la exposición a metales pesados, pesticidas y otras sustancias químicas. Estas toxinas pueden crear un ambiente que aumente los radicales libres, promueva niveles más altos de glutamato y contribuya a otros factores que causan el desarrollo de enfermedades.
Plomo: el plomo se encuentra como aditivo en la gasolina y la pintura. Cuando una persona se expone al respirar vapor de plomo o al ingerirlo, el plomo puede interferir con la membrana celular y la función mitocondrial. Cuando se expone al vapor de plomo, puede producirse una intoxicación sistémica por plomo que cause dolores de cabeza, dolor en las articulaciones, pérdida de memoria a corto plazo, fatiga, etc. Una dieta pobre en calcio, hierro y zinc puede aumentar la absorción de plomo.
Mercurio: el mercurio, un metal pesado que a menudo se encuentra en los empastes de plata de amalgama, algunas vacunas y en cantidades más pequeñas en el atún y el pez espada, causa muchos síntomas tóxicos cuando se ingiere. Visión periférica alterada, pérdida de memoria, dificultad para hablar, debilidad muscular, depresión y delirio son solo algunos de los síntomas. Se han producido muchos casos de ELA en países que se sabe que tienen una mayor exposición al mercurio.
Aluminio y manganeso: también se ha descubierto que las concentraciones de estas sustancias son más altas en muchos casos de ELA. La incapacidad del cuerpo para procesar y eliminar metales como el aluminio se basa en niveles de calcio y magnesio más bajos de lo normal.
Calcio y magnesio bajos: se han encontrado niveles bajos de estos minerales en algunos pacientes con ELA. Los estudios han demostrado que cuando los niveles ambientales de calcio y magnesio son consistentemente bajos, aumenta la absorción de metales pesados.
Plaguicidas: se pensaba que estos productos químicos eran una posible causa de ELA en un alto porcentaje de jugadores de fútbol italianos que desarrollaron la enfermedad. Con los pesticidas, así como con otras fuentes tóxicas, ha habido varios casos que parecían estar relacionados con una exposición tóxica. Sin embargo, no ha habido ninguna investigación concreta que pueda confirmar esto como una causa definitiva de la enfermedad.
Tratamiento convencional
Para una persona diagnosticada con ELA, puede resultar abrumador. Sin embargo, hay muchas opciones de tratamiento disponibles que pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la funcionalidad.
Como se mencionó anteriormente, no existe cura para la enfermedad. Esto significa que la ELA se considera una enfermedad mortal y progresiva.
Los médicos se enfocan en ayudar a los pacientes con ELA brindándoles cuidados paliativos y ofreciendo tratamientos como fisioterapia, terapias respiratorias, nutrición y apoyo emocional tanto para el paciente como para su familia y sus cuidadores.
Los tratamientos convencionales de ELA incluyen el uso de ejercicio, estiramiento, terapia ocupacional para mejorar el uso de las extremidades y terapias del habla. A veces, estos enfoques se utilizan junto con tratamientos más agresivos e invasivos que pueden incluir medicamentos, sondas de alimentación y dispositivos de respiración si se consideran necesarios.
En 2017, la FDA aprobó Edaravone, que según la Fundación ALS es "el primer tratamiento nuevo específicamente para la ELA en 22 años". El único otro tratamiento aprobado específicamente para la ELA, llamado riluzol, fue aprobado por primera vez en 1995. Se ha demostrado en ensayos clínicos que conduce a una disminución significativamente menor de la función física en comparación con el placebo. Se administra mediante infusión intravenosa en ciclos de 28 días, lo que implica aproximadamente dos semanas "con" el medicamento seguidas de 10 a 14 días "sin".
Tratamientos adicionales
El primer paso es ELIMINAR todas las toxinas y los alimentos procesados de la dieta. Elimina todos los azúcares (incluidos los edulcorantes artificiales), los alimentos procesados elaborados con granos refinados, aceites hidrogenados, conservantes y otros productos químicos.
Agrega una variedad de alimentos ricos en nutrientes que combatirán los radicales libres. Los radicales libres atacan a las neuronas motoras, por lo que reducir sus efectos con una dieta saludable puede ayudar a retrasar el proceso de descomposición. Comer alimentos integrales es muy importante porque el simple hecho de complementar con nutrientes no significa que el cuerpo necesariamente pueda absorberlos y usarlos correctamente. Comer alimentos nutritivos y sin procesar es la mejor manera para que su cuerpo reciba y procese la nutrición. Es fundamental comer alimentos ricos en antioxidantes y nutrientes concentrados, ya que el cuerpo está hecho para absorber mejor los minerales y las vitaminas en forma de alimentos integrales.
Algunos alimentos curativos que ayudan a combatir las enfermedades de la ELA son:
La fisioterapia (PT) y la actividad física son beneficiosos para las personas que padecen ELA, porque pueden ayudar a mejorar la movilidad, fortalecer los músculos, facilitar el equilibrio y la coordinación, disminuir el riesgo de caídas y reducir la rigidez muscular. Un beneficio importante del PT para la ELA es la prevención de contracturas o rigidez y acortamiento de músculos, tendones y otros tejidos. Algunas personas con ELA necesitarán usar dispositivos ortopédicos y / u otros dispositivos de asistencia, como andadores o sillas de ruedas, para desplazarse, y el fisioterapeuta puede ayudarlos a obtener el máximo beneficio de sus dispositivos.
Los ejercicios que son más adecuados para las personas con ELA incluyen tipos de bajo impacto como natación, ejercicios en el agua, entrenamiento de resistencia ligera y ciclismo. Después del ejercicio o la fisioterapia, es una buena idea descansar de 30 a 60 minutos para recuperarse. El ejercicio debe equilibrarse con descansos a lo largo del día para evitar el esfuerzo excesivo, el dolor, la fatiga y el dolor.
3. Apoyo emocional (incluso para los cuidadores)
La ELA es una enfermedad muy difícil de afrontar, que afecta no solo al paciente, sino también a su familia, amigos y cuidadores. Muchas personas con ELA luchan emocionalmente y también les resulta difícil dormir, descansar y relajarse. El dolor también puede empeorar la calidad de sueño y contribuir a una disminución de la calidad de vida.
Acudir a terapia es recomendable tanto para pacientes como para cuidadores para lidiar de mejor manera la progresión de la enfermedad.
4. Dormir y descansar
Lidiar con la fatiga constante y, al mismo tiempo, sufrir de insomnio, son dos quejas entre las personas con ELA. Los problemas para dormir o permanecer dormidos pueden deberse a una combinación de malestar, dolor, debilidad respiratoria, ansiedad y / o depresión.
Algunos remedios naturales para dormir que pueden ayudar a mantener un sueño reparador incluyen:
Nutrióloga clínica, funcional e integral especialista en enfermedades autoinmunes. Entregada a un estilo de vida saludable, dinámico e intelectual. Activista del respeto y cuidado de los animales.