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Inmunidad y microbioma

El cuerpo humano, por dentro y por fuera, está cubierto de microbios, y la mayor parte de ellos recubren las paredes intestinales. Investigaciones recientes están examinando la relación entre los microbios y nuestro organismo, así como las formas en que esta relación afecta el sistema inmunológico. Aunque esta investigación aún se encuentra en las primeras etapas, algunos investigadores y médicos creen que, la microbiota podría convertirse en la piedra angular del tratamiento de enfermedades autoinmunes.

La microbiota está implicada en casi todas las enfermedades crónicas, incluidas las enfermedades autoinmunes. El desequilibrio entre la microbiota intestinal puede conducir a afecciones inflamatorias como la obesidad, la diabetes, la enfermedad inflamatoria intestinal, cáncer colorrectal y la inmunosenescencia en los ancianos, así como ciertas enfermedades endocrinas. La acumulación de microorganismos que se perciben como patógenos en el microbioma probablemente contribuye a la cascada inflamatoria que afecta la función inmunológica y la tolerancia.

Durante el embarazo y la lactancia, la microbiota puede sufrir cambios importantes, un estudio de 2012 sugiere que existen diferencias en las mujeres embarazadas entre el primer y el tercer trimestre; En los últimos meses del embarazo, los investigadores notaron una abundancia de Proteobacteria y Actinobacteria y un agotamiento de Faecalibacterium (un productor de butirato con efectos antiinflamatorios). Durante la infancia, el microbioma intestinal puede verse afectado por factores ambientales como el área geográfica, la lactancia materna, la exposición a antibióticos y el método de parto. Los bebés nacidos por vía vaginal adquieren comunidades bacterianas que se asemejan a la microbiota vaginal de su propia madre (Lactobacillus, Prevotella, Sneathia spp.), Mientras que los bebés nacidos por cesárea albergan comunidades bacterianas similares a las que se encuentran en la superficie de la piel (Staphylococcus, Corynebacterium y Propionibacterium). Este tipo de alteraciones en el microbioma pueden desencadenar inflamación tanto local como sistémica.

Actualmente existe una línea de investigación que apunta al tratamiento y prevención de enfermedades autoinmunes mediante terapias dirigidas a la microbiota, ya que la pérdida de tolerancia inmunológica puede provocar cambios en la composición microbiana.

Un nuevo estudio, encontró encontraron que diversos microorganismos hospedados en el intestino delgado de ratones y humanos pueden viajar a otros órganos, donde pueden desencadenar una respuesta autoinmune. Los investigadores también encontraron que esta reacción autoinmune se puede suprimir con tratamiento con antibióticos o vacunas diseñadas para apuntar a las bacterias. Estos hallazgos ofrecen una nueva comprensión y una promesa emocionante para el tratamiento de afecciones autoinmunes.

Algunas investigaciones recientes, muestran que los tratamientos con probióticos pueden fortalecer el sistema inmunológico al influir en la actividad de las células en el intestino. Un estudio encontró que un probiótico de cuatro cepas es capaz de modificar la respuesta inmunológica in vitro al mejorar la producción de butirato colónico en las células de humanos sanos, inhibiendo las cascadas inflamatorias y favoreciendo una respuesta antiinflamatoria.

Estudios recientes también destacan que una ruptura de la barrera intestinal puede provocar intestino permeable, lo que favorece el paso de microorganismos patógenos al torrente sanguíneo y por ende puede desencadenar una respuesta autoinmune. Esta condición puede prevenirse mediante una dieta de eliminación, donde se restrigen aquellos alimentos proinflamatorios y se favorece el consumo de alimentos antiinflamatorios. Mientras que una dieta de estilo occidental, llena de alimentos ultraprocesados, rica en grasas saturadas y altas en azúcar, puede desencadenar el crecimiento excesivo de microorganismos patógenos y puede desencadenar una posible reacción inmunologica . Un estudio mostró que las dietas ricas en grasas que consisten únicamente en alimentos de origen animal cambiaron drásticamente la estructura de la microbiota intestinal en los participantes humanos.

Una mejor comprensión de las interacciones entre el microbioma y el sistema inmunológico puede conducir a nuevas formas de tratar y prevenir la disfunción autoinmune. La inmunidad innata y adaptativa juega un papel importante en la contención y eliminación de patógenos microbianos. Incluso se ha planteado la hipótesis de que la creciente incidencia de enfermedades autoinmunes podría deberse a cambios considerables en la microbiota intestinal.

Autor

Gabriela Pineda

Nutrióloga clínica, funcional e integral especialista en enfermedades autoinmunes. Entregada a un estilo de vida saludable, dinámico e intelectual. Activista del respeto y cuidado de los animales.